Trufi y sueño...
Subes al trufi que es pequeño pero más bien entras porque no está horriblemente lleno y agradeces a la vida porque por fin te vas a tu casa. Está atardeciendo como suele pasar algunas veces y tú cabeza te empieza a doler. No crees que sea por el sol, q a veces pasa, es más por una de esas extrañas sensaciones que las tienes cuando caminas casi toda la tarde sin lograr tu objetivo. Queda una pequeña recompensa: la ventana. Y mientras vas mirando por la ventana, a la vez que intentas escribir algo que por lo menos suene coherente, notas que ya te está dando sueño, uno de esos sueños bonitos que te nacen cuando debes hacer algo importante y de suma urgencia. Entonces comienzas a ver borroso, a escribir palabras chuecas, a cuestionarte sobre la poca utilidad de los días lunes. Etc. Y también notas lo lento que te pones al momento de escribir si es que tienes sueño. A confundir palabras y a dormitar como un vago profesional. Y mientras dormitas alguien hace ruido y te avisa de cierta forma que ya vas a bajar y dices "bueno, dormiré en mi casa". Y te despiertas, y te bajas del trufi, y te sientes aliviado cuando llegas a estar en el piso, a fin de cuentas no te puedes dormir mientras estás caminando...

Comentarios
Publicar un comentario